"Solo te pido fuerzas para hacer de mi debilidad, un férreo vendaval"

24 de abril de 2014

Y volvio a sonreir

Vacio. Cuando abrió los ojos eso fue lo que vio. Vacio. Un corazón vacio, una habitación vacia… allí no había nada mas que su presencia y un pequeño tragaluz que la proporcionaba la luz justa para ver con claridad. “¿Dónde estas?” pregunto en su mente. No hubo respuesta, como ya se esperaba. Se levanto y ando hacia el tragaluz “A lo mejor estas ahí”… pero no, ahí no había nada. Ella le buscaba, ansiaba encontrar a la persona que la había acompañado durante tantísimo tiempo. Se había acostumbrado a su olor, a su presencia, a su risa, a su voz, a sus ojos… a todo el. Y ahora no estaba. Se dio cuenta de esto y nada mas darse cuenta, empezó a dolerle el pecho. Estaba sola. Se hizo una bolita en una de las esquinas de la habitación y se quedo ahí, con la respiración entrecortada y con las lagrimas saliendo de sus ojos como si fuera el inicio de un rio. Dolia. El dolor la inundaba de una manera rápida y fría. Notaba pinchazos en su pecho y como su cuerpo templaba. Sola, estaba sola. Esto la removía por dentro, la hacia odiarse. Por un momento dejo de llorar, levanto la mirada y volvió al tragaluz. “¿Qué ha pasado?” se pregunto… Recordaba pocas cosas… una mirada, un grito seguido de otros muchos, lagrimas en sus ojos, y un adiós. No tenia claro que había pasado. Se aventuro a mirar por el tragaluz más detenidamente. Alli estaba el, de espaldas. El estaba ahí. Esto la alegro, no se había ido… Por supuesto que no. “Ayudame!” intento gritar, pero en vez de eso le salió un leve gemido que el escucho e hizo que se girara un poco. Ella sonrio desesperada y el se rio, de forma sarcástica… como si estuviera viendo algo que le daba asco. Ella alargo el brazo por el tragaluz… y el se alejo un paso mas… Así pasaba siempre. Volvio a su esquina. “No pasa nada, volverá a por mi” se repetía. Pero no, ella sabia que no. En ese momento se dio cuenta de que todo había acabado y que no había vuelta atrás. Esto hizo que le volviera a doler el pecho y que volviera a llorar, pero también hizo que se diera cuenta de que era fuerte para continuar sin el. Se volvió a levantar, esta vez de un salto. Corrio hacia la pared que tenia en frente en busca de una salida. Nada. En la siguiente, nada también, y en la siguiente lo mismo. Llego de nuevo al tragaluz, tenia miedo de mirar porque sabia que el iba a estar ahí para reírse de ella. Para su asombro, el ya no estaba y pudo coger fuerzas y alzarse para salir por la pequeña ventana. El sol la dio en los ojos y ella sonrio. “Se acabo” pensó. Por supuesto que la dolia el pecho cuando lo recordaba, por supuesto que seguía llorando… pero ahora era diferente, cada lagrima la hacia superarse mas y cada pinchazo la recordaba el motivo por el que tenia que seguir adelante. Esto hizo que mucha gente se pusiera en su camino, tanto buenos, como malos. Y ella recibió a todos con una sonrisa, a los buenos, les daba la mano. Y a los malos los invitaba a irse. Siempre con una sonrisa, por que el la estaba observando y ella sabia que lo que el quería era verla retorcerse de dolor, para así poder reírse… y ella no lo iba a permitir nunca mas. “Has jugado mucho conmigo y ya se acabo” y volvió a sonreir.

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